Ellos nos miran de reojo,
creen que somos marionetas, y NO.
Hemos cortado nuestros hilos hace años.
Ellos nos dejan sus migajas,
y hay que ser agradecidos,
Pero ya no me dejaré engañar.
Ellos piensan que la moral se compra,
No sé cómo hacen para dormir,
Sin ninguna ilusión por delante.
Ellos tienen el poder,
Y no nos lo piensan ceder,
Tampoco saben que no lo queremos.
Nos hacen pagar sus actos,
somos la prolongación de su pena,
Lástima de su lástima.
Porque cuando ellos se marean
Somos nosotros quienes caemos desmayados,
Y pienso que no es justo.
Y cuando ellos tropiezan
Somos nosotros quienes caemos al suelo,
Y ya me duele demasiado, sé que a ti también.
Somos personas,
No recursos humanos.
Hagamos que lo sepan.
Cuando ellos sean pistola,
Ya no seremos gatillo,
Pues nos acusarán de sus actos.
Y cuando sean cuchillo,
no seremos mas veces su corte,
Pues el corte es el culpable.
No seremos partícipes de su mentira,
Si acaso razones para su desprecio, pero justificadas.
Porque cuando yo sienta pena,
a partir de ahora,
quiero que sean ellos quienes lloren.
Y cuando lleguemos a casa y queramos abandonar,
Podemos hacer que sean ellos quienes desaparezcan.
Y a lo mejor cuando se estrellen,
seamos nosotros quienes gritemos,
pero sería de rabia, no de dolor.
Y cuando ellos sobren,
no quiero que hagamos falta.
Y que cada vez que llore,
sea porque me dan pena.
Y que cada vez que sienta pena,
sean ellos quienes lloren.
Y que valga la pena llorar,
lágrimas verdaderas.
PatiPatillas (chupitodehierbas)
20 de marzo de 2010
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